Una persona prisionera de un estado de pensamiento queda amurallada en un estado mental creado por pensamientos incontrolados. En algunas tradiciones, este estado se denomina «embrujamiento».
Así que ser infeliz es vivir confinado en la energía de un pensamiento infeliz, subjetivo, basado en ideas o creencias erróneas. Una persona atrapada en sus pensamientos es incapaz de ver si están bien o mal, si realmente le pertenecen o no. Los pensamientos son más fuertes que la propia persona, la ciegan y la arrastran irremediablemente a su mundo.
El hombre de hoy no tiene la costumbre de mirar lo que hay detrás de sus estados de ánimo; se contenta con seguirlos, vivirlos, someterse a ellos ciegamente. Está a su merced.
Pero detrás de un pensamiento hay todo un océano de estados mentales que no tienen realidad propia, ideas infundadas y muertas. Un pensamiento es una construcción interior, viva y activa, que nunca carece de consecuencias.
Para alejarse del pensamiento muerto y generar pensamientos vivos, hay que volverse hacia la vida, concreta, real: la naturaleza, un árbol, una margarita, un arroyo, un herrerillo… La naturaleza es real, vive en el momento presente, en la permanencia, no es imaginaria ni subjetiva, es.
La naturaleza es una maravilla que, a través de su vida y esplendor, tiene la capacidad de devolvernos la vida. Un pensamiento enfermo, muerto, conduce a la enfermedad, pero la concentración consciente en la vida conduce a la curación del pensamiento y, por tanto, a una vida grande y bella.
Sólo la concentración y la atención vigilante vuelta hacia la vida pueden conducir al despertar y a la curación de la mente.
Y eso lo es todo, porque lo que experimentamos como pensamientos y estados mentales construye el cuerpo. Construimos un cuerpo de desechos que vive de energía muerta y desperdiciada, o un cuerpo de vida que prospera con lo que es real y verdadero.
¿Por qué es tan difícil controlar los pensamientos?
¿Qué es un pensamiento? ¿De dónde procede? ¿Cómo lo mantenemos?
Sugiero que lo analicemos juntos en futuros artículos.
He aquí una clave en la que pensar y que podría cambiar tu destino :
Medita y repite interiormente esta sabiduría hasta que despierte su sabiduría en ti.
«No te centres en tus imperfecciones, tu descontento o tus miedos, porque estás sacando lo que piensas. El pensamiento es un amplificador, crea mundos que acaban existiendo en la vida cotidiana. Acabas viviendo con ellos, llevas dentro lo que has traído al mundo».
Enseñanza a partir del libro :
«De la sofrología al despertar de la conciencia
Autor : Isabelle Métais