La sensibilidad no es fragilidad
Es una fuerza. Es la señal de una necesidad de llegar a lo más profundo de las cosas.
Es un acceso a la sutileza.
Puede convertirse en una verdadera bendición para todos aquellos que aceptan trabajar sobre sí mismos y utilizarla para avanzar hacia el despertar y la transformación.
Sí, la hipersensibilidad puede traer su cuota de sufrimiento.
Las emociones suelen ser fuertes y tendemos a descontentarnos con facilidad. Esto puede provocar dificultades en las relaciones y problemas de autoestima, y a veces incluso aislamiento.
Lo importante es el significado que damos a lo que experimentamos.
A menudo te darás cuenta de que lo que sientes no te pertenece.
Esta emoción ha ido a buscar un pensamiento vinculado a tu experiencia, pero al principio no te pertenece. Quiere que creas que sí para existir a través de tus reacciones.
Respira siempre lenta y profundamente.
Permite que tu mente se distancie, que haga silencio.
Abandona el mundo del pensamiento y permanece en el mundo de la respiración profunda en tu abdomen para restablecer un espacio de calma profunda y serena.
El siguiente paso es aprender a reconocer tus emociones y a vivir con ellas.
La sofrología es maravillosa para esto.
Es una técnica cuerpo-mente que tiene en cuenta la totalidad del ser (cuerpo, mente y emociones). La sofrología te permite armonizar tu vida interior con el mundo exterior de una forma suave.
He aquí una herramienta para liberarse del estrés emocional
-Inspira profundamente por la nariz.
-Abre la boca y expulsa el aire, gritando en voz baja. Sentirás un soplo en el fondo de la garganta. Esto no es un «grito de garganta», viene del abdomen.
-Repítelo dos o tres veces y luego cierra los ojos.
-Toma conciencia de lo que experimentas, de lo que sientes.
-Repite la experiencia tres veces.
-Respira tranquila y profundamente durante unos instantes.
-Toma conciencia de tus sentimientos.
-Prométete que no volverás a involucrar tus pensamientos ni tu juicio. Cuando vuelva a surgir una emoción, retroceda inmediatamente.
Concertar una cita con un sofrólogo en un centro o por telesesión podría ser muy beneficioso.
Háblame de tus sentimientos y experiencias.
Avancemos juntos.
Hasta pronto
Isabelle Métais
Lo importante no es lo que experimentamos, sino cómo lo experimentamos.
En este sentido, la hipersensibilidad puede ser una herramienta magnífica, un trampolín hacia una transformación vital.
La clave está en aprender a concentrarse para poder observar lo que se experimenta con neutralidad. Ser capaz de discernir lo que nos pertenece y lo que no, tomarlo o rechazarlo, ser capaz de soltar y renunciar a lo que no es realmente tú.
Es un proceso profundo que salva y regenera.
Me gustaría ampliar este tema y darte las claves para trabajar y utilizar la hipersensibilidad para sacar lo mejor de ti mismo y de los que te rodean.
Las consecuencias de la hipersensibilidad emocional son numerosas y gravosas, hasta el punto de constituir un verdadero sufrimiento cotidiano.
Las personas hipersensibles sienten el mundo a través de sus emociones, y a menudo reaccionan de forma muy fuerte e inapropiada ante las distintas situaciones. Incomprendidas, a menudo se sienten muy solas.
No, la hipersensibilidad no es una enfermedad. Es simplemente la urgencia del cuerpo por responder a un estímulo sin permitir a la persona dar un paso atrás y reaccionar adecuadamente.
Es como si la vida fuera demasiado deprisa para ellos, privándoles de la oportunidad de asentarse y calmarse antes de reaccionar.
A fin de cuentas, todos somos más o menos hipersensibles de vez en cuando.
Simplemente, algunos son mucho más hipersensibles que otros. En los casos más graves, todo se percibe muy intensamente. Todos sus sentidos están hiperdesarrollados, por lo que son sensibles a todos los detalles. Mantener esta sensibilidad exacerbada y ser capaz de dominarla sería una verdadera bendición. Les permitiría acceder mejor a los mundos sutiles.
Las personas hipersensibles también son capaces de percibir las emociones de quienes les rodean.
De este modo, toman lo que perciben en los demás como sus propios sentimientos personales, cuando en realidad no les pertenece. Incapaces de distinguir entre ambas cosas, reaccionan con la misma intensidad a las emociones de los demás que a las suyas propias. Son lo que llamamos esponjas; una vez que la esponja está llena de emociones, tiran todo lo que ha absorbido.
¿Cómo podemos convertir la hipersensibilidad en una ventaja?
El secreto es aprender a decir «basta», aprender a hacer pausas para poder tomar distancia y observar lo que ocurre antes de reaccionar.
¿Qué puedes hacer en la práctica?
En cuanto sientas que se acumula una emoción, aíslate para aislarla, siéntate y mírala como algo ajeno a ti: «¿Quién eres, qué quieres? Se trata de disociarte de ella.
Pregúntate: «¿Esto me pertenece?», «¿Es posible que haya captado algo que no me pertenece?», «¿Quiero dejar que esta sensación se apodere de mi serenidad? «¿Quiero dejar que se apodere de toda mi vida?
Mientras haces esto, recuerda respirar profunda y lentamente por la nariz, dejando que el aire se hunda en tu abdomen, que debería hincharse con cada respiración.
Mientras lo haces, observa lo que esta emoción ha hecho en tus pensamientos y sensaciones corporales.
Debes convertirte en un investigador, en el testigo de ti mismo, el que observa un hecho y no el que experimenta un mundo. Toma notas en cada sesión.
El primer paso es silenciar tus pensamientos, soltar juicios, conceptos y creencias. Sólo tienes que observarte y escucharte.