Si alguien tiene dificultades, es porque está atascado inconscientemente en conceptos y/o hábitos que mantienen o alimentan el problema. Para salir de este estancamiento, es necesario que se produzca una toma de conciencia profunda y un despertar interior.
El lenguaje metafórico es un poderoso proceso de activación.
Erickson definió la metáfora como «un medio de aportar nuevos significados a la conciencia».
¿Qué es una metáfora?
Una metáfora es una figura retórica utilizada para describir una palabra, un conjunto de palabras o una idea o concepto. Tomemos un ejemplo poético: «el sol poniente» podría convertirse en «el oro de la tarde». En su poema «Demain, dès l’aube», Victor Hugo se refiere al sol poniente como «l’or du soir». «No miraré el oro de la tarde que cae, ni las velas que a lo lejos descienden hacia Harfleur, y cuando llegue, depositaré sobre tu tumba un ramo de acebo verde y brezo en flor». Se trata de una metáfora.
El significado literal, «el sol poniente», apela a la mente; el significado figurado, «el oro del atardecer», apela a la imaginación. Una metáfora puede adoptar la forma de una imagen, una historia, un proverbio, una anécdota, una cita, un mito, un cuento, etc.
Tu turno:
– ¿Qué significa la metáfora de la mujer que, mirando el cuadro, le dice a su hombre: «Es un cuadro sublime, ¿verdad?
Para ser eficaz, la metáfora debe tener :
– un principio: el problema metaforizado.
– un medio: la estrategia de resolución metaforizada.
– un final: el desenlace, la solución metafórica del problema.
– Debe reproducir personas, acontecimientos, procesos o problemas de forma equivalente a los criterios de la situación real.
– Debe respetar la realidad de la persona.
– Debe expresarse en sincronía con la persona.
– Debe suscitar emoción o interés para cristalizar inconscientemente significados y soluciones.
– No debe ser conscientemente comprensible: ésta es la base de los cuentos de hadas y la mitología. Funcionan ÚNICAMENTE a través de metáforas, que es precisamente lo que las hace tan eficaces.
Una metáfora se dirige al subconsciente de la persona superando los mecanismos de defensa que se habrían activado con un mensaje directo.
La solución está oculta y deja que la persona decida si acepta o no lo que se le sugiere. Es el libre albedrío. La persona construye su propia solución abriéndose a determinadas posibilidades.
De este modo, la metáfora puede evocar los recursos que la persona necesita para resolver su problema. Proporciona la herramienta para llegar a la solución.
Se utiliza para ayudar a la persona a ver en sí misma los recursos para progresar, a tomar conciencia de que el «fracaso» no existe, que sólo es una información, que las dificultades pueden superarse y que los objetivos fijados pueden alcanzarse.
Existen metáforas cerradas: el sofrólogo propone metáforas en función de las particularidades y reacciones del cliente. El cliente escucha y procesa inconscientemente la información apropiándose de los símbolos.
Hay metáforas abiertas: la persona interviene en la construcción de la metáfora que evoluciona hacia su resolución inconsciente a través de un intercambio entre el sofrólogo y el cliente.
Metáfora y narración en sofrología
Como habrás comprendido, la narración es una metáfora, una parábola.
Su objetivo es que el paciente encuentre por sí mismo la respuesta.
En ningún caso debe hacerlo el sofrólogo.
Los consejos de los que «nos desean el bien» provocan mecanismos de defensa. La metáfora cuenta la historia de otra persona y no desencadena mecanismos de defensa porque habla directamente al inconsciente del paciente.
Ofrece un recorrido libre e iniciático.