El contacto físico con un perro mejora considerablemente el bienestar emocional.
Dar a un perro un abrazo sincero es una forma segura de reducir el estrés, calmar la respiración y abrir el corazón a niveles vibratorios que permiten a los humanos asentarse, calmarse y entrar en un estado de ser, calma y bienestar.
Los animales están llenos de amor incondicional, que reparten generosamente sin rechistar. Forma parte de su naturaleza, y funciona por magnetismo. Observa cómo te mira tu perro a los ojos…
Quiere saber más sobre tu estado de ánimo y tus emociones en ese momento, porque para él eres un dios, y tu bienestar depende del suyo.
Así que te ofrece todo su amor.
Sabe instintivamente que si te sientes bien, le darás a cambio lo que necesita para sentirse bien.
Es un intercambio. La naturaleza es armonía y sabe transmitirla. El amor y el intercambio son virtudes completamente naturales y comunes en la naturaleza.
Todos los seres vivos son conscientes de que el amor y el intercambio conducen a la armonía.
Las personas parecen haberlo olvidado, pero les bastaría con ofrecer lo mejor de sí mismas para recibirlo a cambio.
Los animales, y especialmente los perros que están cerca de nosotros, tratan de enseñarnos, de mostrarnos cómo la naturaleza va logrando la armonía.
No subestimes a tu animal, es un pequeño maestro para ti, y si entiendes sus enseñanzas y aplicas lo que te muestra, tu vida cambiará por completo.
Tu relación con el mundo, con los demás y contigo mismo cambiará.
Numerosos estudios confirman que las personas que viven con un perro tienen un estado emocional más estable, tranquilo y feliz.
Pero sigue siendo necesario que estés atento a tu animal, que seas capaz de mirarlo, de sentir sus necesidades, de dedicarle tiempo, de dejar que te dé lo mejor que tiene para ofrecerte, es decir, amor, de quererlo. Los
cachorros están especialmente dispuestos a entender a los humanos; intentan adaptarse a sus amos, complacerles para recibir todo lo que necesitan para su propio equilibrio, por lo que dan sin contar el coste.
Están naturalmente llenos de amor, dulzura, calidez y bondad, que dan generosamente sin contar el coste.
Hablamos de los perros porque son animales cercanos a los humanos, pero toda la naturaleza se comporta de la misma manera, sólo hay que mirarla.
Así que comportémonos con la naturaleza como nos gustaría que la vida se comportara con nosotros. Seamos respetuosos, atentos y enamorados de las piedras, las plantas y los animales.
Isabelle Métais
