Parábola de la bestia y el ángel

Dos personas están hablando:

– La hierba es azul, dice Betania.

– No, la hierba es verde», se asombra Ángel. Betania insiste mucho y Ángel discute pero no puede hacer nada.

La discusión parece alargarse y volverse pesada y agresiva cuando Ángel y Betania se topan por casualidad con Dios en la forma del sabio del pueblo.

– Maestro de sabiduría, ¿no es azul la hierba?», exclama Betania.

Responde el sabio:

– Sí, la hierba es azul, porque eso es lo que tú dices. Ante esta respuesta, Betania se hinchó de orgullo y replicó:

– Ángel no está de acuerdo conmigo, me contradice constantemente y eso me molesta. Castígalo, Maestro de Sabiduría.

El sabio dijo entonces:

– Ángel se enderezará, tendrá que estudiar asiduamente y cultivar el silencio.

Betania se regocijó y siguió su camino, feliz y cantando:

– La hierba es azul… la hierba es azul…

Ángel acepta su castigo, pero pide explicaciones al sabio:

– Maestro de Sabiduría, ¿por qué me has castigado? ¿No es verde la hierba?

El sabio responde:

– La hierba es verde, eso es evidente.

– Entonces, ¿por qué me castigas?

El sabio se sentó, miró a Ángel a los ojos y le explicó:

– Esto no tiene nada que ver con si la hierba es azul o verde. No me importa la estupidez, la estupidez es un ser terco, sus ojos están cerrados, su conciencia no está despierta. Tú, en cambio, eres muy importante para mí porque eres capaz de despertar y ver lo que hay más allá de las creencias y los conceptos. Bethany no está preparada, déjala cantar, no me interesa.

Lo que tú llamas castigo no lo es en absoluto. Por otra parte, quiero enderezarte, porque no es posible que una criatura valiente e inteligente como tú haya perdido el tiempo discutiendo con un necio, un loco, un fanático al que no le importa la verdad ni la realidad, sino sólo la victoria de sus creencias e ilusiones.

Verás, quiero que madures, quiero que despiertes y seas capaz de protegerte de esos seres malvados, repugnantes y taimados que podrían hacerte daño y hacerme daño a mí a través de ti.

Nunca pierdas el tiempo con argumentos que no tienen sentido… Hay algunas personas que, por muchas pruebas que se les presenten, son incapaces de comprender. Y otros, cegados por su ego, odio y resentimiento, sólo querrán una cosa: tener razón aunque estén equivocados.

Cuando la ignorancia grita, la inteligencia calla, ¿comprendes, ángel mío?

Isabelle Métais
formations-bien-être.com

9 août 2023